miércoles, 13 de enero de 2010

Facebook, las etiquetas, las fotos y la identidad

Me había resistido a Facebook con todas mis fuerzas, tiempo atrás amigos muy queridos me habían sugerido que entre, que era entretenido y yo, nada, como si se tratara de una cuestión de principios (aunque entonces, no entendía muy bien cuales exactamente).

Hace unos días cree mi cuenta en ese monstruo de las redes sociales, acompañada del entusiasmo de algunos de mis amigos súper fanáticos y súper expertos en la materia (algunos de ellos incluso me han prometido cursos de orientación). He comprobado efectivamente lo entretenido y adictivo que este mundo es. Entonces ¿a propósito de que venia toda mi resistencia?

Alegaba como primera razón el asunto de la privacidad, me horrorizaba el hecho de que cualquiera pudiera tener acceso a mis fotos. Fotos que cuentan pedazos de mi vida, tan importantes, que he querido perennizar. Y ahí estarían, tirados en el cyber espacio, para que cualquier hijo de vecino, voyerista, pudiera profanar.

Por otro lado, cuando me explicaron el asunto del perfil, pensaba indignada que no me iba a dejar reducir a un grupito de palabras: loca, divertida, acuariana, cafeinomana, beatlemaniaca, etc. Pues muy digna y trascendente pensaba, yo soy mucho más que esas cosas.

Sin embargo, luego de empezar esta aventura y verme envuelta en las dinámicas del Facebook, me di cuenta de cuan ingenua había sido. ¡Las personas nunca dejamos de ser personas! No importa el medio, los canales. ¡Somos personas y no podemos evitarlo!

Me incomodaban las etiquetas de Facebook, cuando en mi vida diaria ando muy contenta con todo tipo de etiquetas que mis amigos y también, los hijos de vecinos, me han puesto, que digo otros, ¡yo misma! Es curioso como en la vida "real" no me incomoda reconocerme y que me reconozcan como: loca, divertida, acuariana, cafeinomana, beatlemaniaca, etc. Facebook solo lo hace tangible.

Ese complejo mundo de interacciones entre personas y grupo de personas, Facebook lo ha copiado del "mundo real". Las preguntas pendejas que les hacemos a nuestros amigos (o a cualquiera que se deje) todo el tiempo. Cuando pensamos que un amigo nuestro se puede llevar estupendo con otro y los presentamos o los referimos. Cuando les contamos a otros de esa película tan buena, de esa canción, de ese libro. Cuando enarbolamos nuestras causas ante nuestros amigos, porque ellas nos definen, no importa si es salvar a las ballenas o que no le cambien el nombre al malecón. Cuando ensayamos filosofías desde los griegos hasta El Chavo.

Facebook nos ha regalado la inmediatez, la increíble posibilidad de que un amigo a kilómetros de distancia sepa, al minuto que se te ocurrió, que ya no te gusta la Coca sino la Sprite y también sepa, que tú ya no crees en lo que antes los dos creían; es decir todo, lo profano y lo sagrado.

También nos ha mejorado la exactitud, para no seguir diciendo cosas como: Esa película buenísima donde actúa ese como se llama, bajito gordito, que estuvo en esa otra comedia nisecuantito y que creo que lo nominaron para el Oscar). Nos ha permitido remitirnos con precisión a las palabras de ese poema, que nos conmueve tanto, pero que nunca logramos recordar.

Así que mi resistencia era totalmente injustificada, Facebook es la vida misma, Facebook es nosotros, siendo lo único que sabemos ser, personas.


Me hace gracia pensar en que si alguna vez dominamos la comunicación telepática, seguramente repetiremos nuestras interacciones: bloquearemos los pensamientos de los indeseables, llamaremos telepáticamente a los entrañables en tiempos felices y no tan felices y probablemente, también preguntemos tonterías como: Si tu fueras un caballito de mar ¿de que color serias?

Esta entrada dedicada a mis amigos: Mirna, gracias a tu insistencia estoy en esta onda. Jota, porque a las pruebas te remites y Gus, ya no perderas tanto tiempo en explicar, solo comentaremos las fotos

9 comentarios:

Arquelino dijo...

Chévere Mab. En cierta forma, más en sintonía en estas ondas. No se diga que no la teníamos antes pero ya pos, nadie envía señales de humo en estas épocas.
Me alegro que hayan intentos para romper la belleza del silencio en el parloteo de los comentarios de las fotos.

Mab dijo...

Si amigo, el parloteo es uno de mis hobbies

no dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
no dijo...

Bien por tu entusiasmo...ya te centrarás,porque nunca tanto...Lo clave es su inmediatez y simultaneidad,aunque twitter es eso tiene más eco...
Detrás siempre nosotros,los seres humanos...Un abrazo,desde Chile
Mónica

Mab dijo...

Gracias Monica, es verdad despues de tanto entusiasmo lo unico pertinente es centrarse. Me encanta eso de "Detras, siempre nosotros" Un abrazo desde Guayaquil tambien. La estare siguiendo en Twitter.

Anónimo dijo...

Lo que dices es muy cierto.
Si logramos comunicarnos telepáticamente o si lo hacemos por cartas o por facebook o en la platica diaria de la vida cotidiana siempre seremos un montón de complejos, etiquetas, preguntas, momentos y pendejadas y media.
—¿Qué no es eso la vida?

Mab dijo...

Pues si eso es la vida un montón de cosas santas mezcladas con cosas pendejas como diría Piero. (Bueno él no lo dice así exactamente, pero es la idea)

Ateo, poco loco, poeta dijo...

¿Puedes creer que aún en eso coincidimos, Mab?
El caso es que en esto estoy atrasado con respecto a ti: sigo sin cuenta en Facebook, y evaluando mis posibilidades de tiempo para no ocupar un espacio sin llenarlo, entre otros asuntos.

Y sigo diciendo: ¡qué gusto me da coincidir contigo!. Y es que tu estilo en SegCit me gusta mucho, de verdad.

(¡Qué linda es Rafaela!, por cierto)

Mab dijo...

Hector! Qué gusto que me visites. Y si este asunto Facebook fue toda una decisión, pero que te puedo contar, al principio me entusiasmé como una niña y luego (ahora, algunos meses después) ya me lo tomo más sosegadamente (que de pronto me animo a escribir una entrada al respecto, veremos).

A mi también me gusta tu tono en Segunda Cita y siempre es una alegre sorpresa coincidir contigo.

Está mal que yo lo diga, pero sí Rafaela es linda. Gracias por decirlo.